El cerebro adicto.
Introducción:
Hasta hace unas décadas
la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se
reconoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla. (Guerrero, 2013)
Es decir, se
pensaba que la persona no estaba de acuerdo con las reglas sociales y de
convivencia, alteraba el orden y lo único que hacían era encerrarlo, después hacer como si no existiera, el ambiente también
influye en las adicciones, la facilidad de compra y las malas amistades. Después
de algunas investigaciones ya se veía a la persona adicta como un enfermo al
cual hay que administrarle medicamentos y una serie de acciones para ayudarlo a controlar su adicción.
La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro
porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de
ese órgano. La adicción al alcohol, al
tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas, etc. Provocan la misma
reacción en la química del cerebro. Este descubrimiento ha alterado la forma de
considerar, prevenir y remediar las adicciones. (Guerrero, 2013)
Desarrollo:
Hoy las adicciones se
definen como una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso
compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona. Al igual
que otras enfermedades como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque
no se consiga una cura definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y la
duración de la vida. (Guerrero,
2013)
El individuo al nacer trae consigo algunos genes
que lo hacen vulnerable. En un ambiente sano los niños y adolescentes es poco
probable que caigan en una dependencia a alguna sustancia ilícita. Los adolescentes por ningún motivo
deben de probar las drogas porque para ellos traen graves consecuencias para
toda su vida.
Explica
la doctora Medina Mora. "Toda la parte del cerebro que es responsable del
juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos
años" (Guerrero, 2013)
En
entrevista con ¿Cómo ves? la Doctora María Elena Medina Mora Icaza, directora del
Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" (INPRF),
narra lo que propició este cambio de visión. La investigadora
mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudió medicina en la UNAM y es hoy
directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos
(NIDA, por sus siglas en inglés), observó en imágenes cerebrales la influencia
de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la causa física de la
dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. "Esto nos llevó a entender por qué los pacientes, aunque
quisieran, no podían dejar las sustancias por sí solos, sino que realmente
necesitaban tratamiento", señala la doctora Medina Mora, agregando que
éste fue un indicio importante de que las adicciones tenían todas las características
de una enfermedad. (Guerrero, 2013)
Rubén Baler,
científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA, explica
que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la
euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en
enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica. El cerebro comienza a adaptarse
a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia. Cuando se abusa
de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral que controla el ritmo cardiaco, la respiración y el
sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite
pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el llamado “circuito de recompensa
del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a repetir conductas necesarias
para la supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener sexo
(Guerrero, 2013)
“Explica la Dra.
Medina Mora. “El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las
recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas” de
dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace disminuyendo su producción
natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de
este neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con
dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente
placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. “Cuando el cerebro
comienza a adaptarse a alto niveles de dopamina, el individuo tiene que usar
más droga para obtener el mismo efecto”, añade Rubén Baler. Se desarrolla
tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de
droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad,
irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis,
y puede llevar a la muerte (Guerrero, 2013)
Conclusiones:
Es importante
dar educación preventiva sobre las adicciones y el daño que ocasionan al
organismo principalmente en niños y adultos para que no caigan en adicciones
hay que dedicarles un tiempo para convivir con ellos en un ambiente sano y en
armonía.
Al saber que
las adiciones son enfermedades crónicas se implementaron acciones en el sector
salud para tratar estos padecimientos de manera integral y con respeto hacia el
paciente, el paciente al dejar la sustancia adictiva entra en abstinencia y el
cerebro reacciona pidiendo más sustancias por lo que es necesario que el
paciente se concientice de su enfermedad
para que él se haga cargo de su salud y vaya mejorando
La persona
adulta puede dejar su adicción si es atendida integralmente, por medio del
control de la abstinencia y el monitoreo del médico, psicólogo y el pedagogo. Habrá
recaídas pero lo importante es levantarse y seguir el tratamiento indicado.
Bibliografía:
Guerrero,
V. (2013). El Cerebro Adicto.
15/04/2016, de ¿Cómo ves? UNAM Sitio web: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto
Elegí este artículo por qué se me hizo más interesante que los otros.
partí desde uno de los argumentos que expuso Verónica Guerrero Mothelet
partí desde uno de los argumentos que expuso Verónica Guerrero Mothelet